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Un estudio de la Universidad de Oviedo ayuda a proteger el patrimonio natural de Fuerteventura

La publicación de un artículo sobre el Saladar de Bristol provoca su propuesta institucional como Sitio de Interés Científico

El grupo i-Ge&ser del Departamento de Geografía de la Universidad de Oviedo, integrado por integrado por Miguel Ángel Poblete Piedrabuena, Salvador Beato Bergua y José Luis Marino Alfonso, lleva varios años trabajando en el análisis del patrimonio natural de Fuerteventura. En 2017 se publicaron en la revista indexada internacionalmente "Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles" los resultados de una investigación sobre el Saladar de Bristol, en Corralejo, localidad del municipio majorero de La Oliva. Entre las conclusiones, se destacaba el elevado patrimonio natural y cultural del enclave, así como la necesidad de protegerlo debido a décadas de usos inadecuados. Se señaló la figura de protección de Sitio de Interés Científico como la más conveniente y se formuló un plan de rehabilitación.

El ayuntamiento de dicho municipio acordó ayer impulsar la declaración del Saladar de Bristol como Sitio de Interés Científico debido a su alto valor patrimonial señalado por la investigación de la Universidad de Oviedo. El mencionado trabajo científico constituye el cuerpo de la solicitud al Cabildo de Fuerteventura y al Patronato Insular de Espacios Naturales para que se inicien los trámites de inclusión en la Red de Espacios Protegidos de Canarias.

Los saladares se localizan en zonas costeras formadas por sedimentos finos que son inundados periódicamente por el agua salada de las mareas. Se trata de ecosistemas complejos que cumplen funciones muy importantes en los ambientes costeros como hábitats notables para la vida silvestre y por su papel geomorfológico y ecológico (disminución de procesos erosivos, provisión de nutrientes para las aguas costeras).

El investigador Salvador Beato señala que "los saladares de Fuerteventura están en peligro debido a una intensa degradación ambiental como consecuencia de la presión urbanística y turística litoral. Es el caso del Saladar de Bristol que, con muy reducido espacio, cuenta con una inusitada biodiversidad vegetal (media docena de asociaciones vegetales diferentes, una de ellas única en Fuerteventura, varias especies catalogadas como protegidas), una gran riqueza de elementos geomorfológicos volcánico-litorales y forma parte de un paisaje de alto valor cultural y estético".