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Un grupo de investigación de la Universidad de Oviedo descubre un túmulo megalítico de tipología desconocida en Asturias y en el noroeste peninsular

El túmulo del Cuernu está situado a 1100 metros de altitud y ocupa una posición estratégica en el concejo de Balmonte de Miranda | La estructura era utilizada por los primeros ganaderos de las montañas cantábricas para realizar prácticas rituales relacionadas con la forma de concebir y aprovechar el territorio | Esta intervención completa los trabajos que el grupo LLABOR ha desarrollado en los últimos 13 años y que han permitido trazar la historia de una pequeña comunidad ganadera

El grupo de investigación arqueológica LLABOR de la Universidad de Oviedo ha descubierto un túmulo megalítico con una tipología hasta ahora desconocida en Asturias y en noroeste peninsular. El túmulo del Cuernu, localizado a 1100 metros de altitud, está situado en una posición estratégica en el concejo de Balmonte de Miranda. 
 
Con este nuevo hallazgo, el grupo LLABOR, dirigido por la catedrática de la Universidad de Oviedo Margarita Fernandez Mier, finaliza este mes los trabajos arqueológicos en el yacimiento del Cuernu, en Vigaña Arceu (Balmonte de Miranda). El objetivo de la presente campaña es completar la investigación sobre el uso de los pastos de montaña a lo largo de la historia. 
 
La profesora Fernández Mier explica que "lo que parecía una pequeña construcción ganadera ha resultado esconder un túmulo megalítico con una tipología desconocida en Asturias y en el noroeste peninsular. El túmulo del Cuernu tiene una posición estratégica desde la que no solo se controla la amplia zona de pastos de las brañas de los pueblos de Vigaña, Castañera y Cigüedres, sino que también se ve desde la costa asturiana, a la altura de Sotu'l Barcu, hasta las más altas cumbres de la Cordillera Cantábrica, de Las Ubiñas al Nevadín". La directora de la campaña añade que el túmulo se encuentra situado en "un lugar privilegiado, elegido por nuestros antepasados para realizar unas prácticas rituales relacionadas con la forma de concebir y aprovechar el territorio que nos habla de las actividades de los primeros ganaderos de las montañas cantábricas". Durante lo que queda de agosto, se alargarán las intervenciones arqueológicas en la zona con el objetivo de conseguir datar la estructura. 
 
A lo largo de la campaña, codirigida por el arqueólogo Pablo López, se han podido documentar distintas fases de uso y refacción del túmulo que presenta como particularidad la presencia de distintas cámaras funerarias excavadas en la roca, algunas de ellas a una profundidad que llega a los dos metros. "Esta tipología se distancia de la que presentan los grandes megalitos atribuidos al neolítico final, por lo que trabajamos con la hipótesis de que se trata de una construcción relacionada con el Calcolítico y la Edad del Bronce, periodo poco conocido en Asturias", apunta Fernández Mier. 
 
La hipótesis está avalada, además, por la cercanía de este megalito al excepcional yacimiento de L.linares (Castañera, Balmonte de Miranda), localizado a unos 500 metros de distancia, aunque a menor altitud, 700 metros, y en el que se ha podido documentar una secuencia de uso que se inicia en el neolítico final, con fases muy complejas durante la Edad del Bronce. La posibilidad de documentar los lugares de eso doméstico junto con los de enterramiento durante el Calcolítico y la Edad del Bronce abre interesantes vías de investigación sobre el uso de las áreas de pasto durante este período y permiten profundizar en las prácticas ganaderas desarrolladas con las sociedades de la Prehistoria reciente. 
 
Esta intervención completa los trabajos que a lo largo de los últimos 13 años el grupo de investigación ha venido desarrollando en los lugares de Vigaña y L.linares (Castañera) y que han permitido trazar la historia de una pequeña comunidad desde el primer momento de ocupación del territorio, en el Neolítico, hasta la actualidad.