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La Universidad de Oviedo inviste como Doctor Honoris Causa al biólogo molecular sueco Svante Pääbo

El nuevo miembro del claustro de doctores, referente mundial en genética evolutiva humana (paleogenómica), destaca que lo que constituye a un humano moderno desde una perspectiva genética es la combinación de cambios genéticos, que en su totalidad hace posible la cognición y la sociabilidad humanas modernas | El profesor Marco de la Rasilla, que ha realizado la laudatio, define al nuevo honoris como un “magnífico ejemplo, a la vez que un inmejorable altavoz, de que la investigación interdisciplinar puede llegar a cotas de excelencia insospechadas” | El rector en funciones Ignacio Villaverde subraya que Pääbo pone al servicio de la humanidad de forma generosa todo su saber y toda su maestría para avanzar, día tras día, en la búsqueda de respuestas a nuestras preguntas “para que el azar sea menos azar” | El acto institucional, celebrado en el Paraninfo del Edificio Histórico, ha contado con una nutrida presencia de miembros de la comunidad universitaria y representantes institucionales | Svante Pääbo, considerado como uno de los fundadores de la paleogenética, lideró el proyecto de secuenciación completa del genoma del neandertal, y es Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica y Premio Nobel de Fisiología o Medicina 

El biólogo sueco Svante Pääbo, referente mundial en genética evolutiva humana, ha sido investido este mediodía Doctor Honoris Causa por la Universidad de Oviedo, en una ceremonia, celebrada en el Paraninfo del Edificio Histórico, que ha sido presidida por el rector en funciones Ignacio Villaverde y en la que ha ejercido como padrino Marco de la Rasilla, profesor del Departamento de Historia de la universidad asturiana.

La ceremonia de investidura, en la que el Pääbo ha recibido los atributos del honoris, ha contado con una amplia presencia de miembros de la comunidad universitaria y representantes institucionales. Han estado presentes, entre otras autoridades y además del actual equipo rectoral en funciones, los rectores Juan Vázquez, Vicente Gotor y Santiago García Granda; el consejero de Ciencia, Empresas, Formación y Empleo, Borja Sánchez; la directora general de Universidad, Cristina González Morán, la defensora universitaria Isabel Viña, y la directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo. 

Svante Pääbo, nacido en Estocolmo, el 20 de abril de 1955, es profesor de Biología Molecular Evolutiva en la Universidad de Leipzig (Alemania) y director del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva también en Leipzig. Considerado como uno de los fundadores de la paleogenómica, Pääbo lideró el proyecto de secuenciación completa del genoma del neandertal, especie extinguida hace aproximadamente 40.000 años, cuyo resultado definitivo fue presentado y puesto a disposición de la comunidad científica internacional en marzo de 2013. Sus múltiples descubrimientos le han hecho merecedor de numerosas distinciones como el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 2018 y el Nobel de Fisiología o Medicina en 2022.

Honrado y agradecido

El profesor Pääbo, durante su discurso de ingreso en el claustro de doctores de la Universidad de Oviedo, ha manifestado sentirse “honrado, agradecido e incluso un poco intimidado” por este reconocimiento y, especialmente, por estar acompañado por su padrino, Marco de la Rasilla, a quien conoce desde la época en que trabajaron juntos en los restos neandertales de El Sidrón, que contribuyeron a la primera versión del neandertal hace unos 15 años. Pääbo, que ha repasado en su intervención algunos de los hallazgos de su trayectoria profesional, ha destacado que, con la presentación del genoma del neandertal, “pudimos demostrar que, al menos, la mitad de todo el genoma neandertal, de unos 3.000 millones de letras, sigue existiendo en la actualidad. En cierto sentido, los neandertales no están totalmente extinguidos. Hoy viven ligeramente en muchos de nosotros”, ha subrayado.

Ha recordado también el nuevo honoris causa cómo, en su anhelo por recuperar genomas humanos antiguos y ayudado por la tecnología, su equipo logró secuenciar también el genoma de los llamados denisovanos, en honor a la cueva Denisova en Siberia donde se encontraron los restos de esta especie. “La comparación del genoma denisovano con el de los humanos actuales demostró que también aportaron ADN a los humanos actuales”, ha manifestado.

Los efectos que las variantes genéticas neandertales y denisovanas tienen en las personas de hoy continúan siendo objeto de investigaciones. El profesor Pääbo ha indicado, por ejemplo, un hallazgo inesperado que se produjo durante la reciente pandemia de SARS-CoV-2, cuando se descubrió que el mayor factor de riesgo genético para caer gravemente enfermo o incluso morir al infectarse con el virus es una variante genética en el cromosoma 3. “Resultó que esta variante procede de los neandertales”, ha puntualizado.

Para el nuevo honoris causa de la Universidad de Oviedo, las variantes genéticas más interesantes son las que aparecieron en los humanos modernos tras separarnos de los ancestros que compartíamos con neandertales y denisovanos. “Nos diferencian de ellos y de otros primates. Algunas de ellas pueden ayudar a explicar por qué los humanos modernos desarrollaron una cultura y una tecnología que cambiaron rápidamente, llegaron a ser muy numerosos y colonizaron todas las partes habitables del planeta”, ha enfatizado. 

En conclusión, lo que constituye a un humano moderno desde una perspectiva genética es, en su opinión, la combinación de cambios genéticos, que en su totalidad hace posible la cognición y la sociabilidad humanas modernas, pero ninguno de estos cambios por sí solo es necesario para ser un humano moderno que funcione bien. “La cuestión que se nos plantea es si el número de estos cambios es de decenas, de cientos o de miles. La respuesta puede depender, por supuesto, del aspecto concreto de nuestra biología que nos interese. Este es uno de los retos que tenemos ante nosotros, mientras seguimos viajando en el tiempo y explorando cómo nuestra historia genética afecta a nuestro presente”, ha concluido.

Laudatio del profesor Marco de la Rasilla

El nuevo miembro del claustro de doctores ha sido precedido en el uso de la palabra por el profesor Marco de la Rasilla, encargado de realizar la laudatio. De la Rasilla ha calificado a Pääbo como un “magnífico ejemplo, a la vez que un inmejorable altavoz, de que la investigación interdisciplinar puede llegar a cotas de excelencia insospechadas”. “No hace tantos años, era impensable que tuviéramos información fidedigna del código más íntimo de un hominino extinto, pero gracias a las investigaciones emprendidas por el doctorando se han desentrañado aspectos muy novedosos y desarrollado una nueva disciplina: la paleogenómica”, ha subrayado.

De la Rasilla, que ha recorrido en su laudatio el “impresionante currículum” del nuevo honoris, se ha detenido específicamente en el momento en el que el profesor Pääbo conecta con la Universidad de Oviedo y Asturias, al recalar en la Cueva de El Sidrón en su búsqueda de fósiles neandertales para su proyecto. Diferentes miembros del equipo del Pääbo han publicado una decena de artículos en las más prestigiosas revistas internacionales sobre diferentes aspectos de la genómica de nuestros antepasados. “En lógica reciprocidad, Asturias, y el concejo de Piloña, fueron colocados en el mapa del mundo neandertal”, ha manifestado el profesor de la Universidad de Oviedo.

A la vanguardia del saber

El rector en funciones Ignacio Villaverde, que ha cerrado el acto de investidura, se ha dirigido al profesor Pääbo, de quien ha dicho que forma parte de “ese selecto grupo de los que están en la vanguardia del saber”. “Ese grupo escogido que cuida nuestras almas velando por la sabiduría que encierra una minúscula parte de un humano, sus genes, que pone al servicio de la humanidad de forma generosa todo su saber y toda su maestría para avanzar, día tras día, en la búsqueda de respuestas a nuestras preguntas. Para que el azar sea menos azar”, ha explicado Villaverde.

El rector en funciones ha recordado los múltiples lazos que unen al nuevo doctor con la Universidad de Oviedo. “Ser doctor honoris causa es la máxima expresión de agradecimiento de una universidad para quienes, no formando parte de su claustro, le han prestado servicios extraordinarios y relevantes. Así es en su caso, y se incorpora a un claustro lleno de grandes méritos”, ha manifestado Villaverde. “La Universidad de Oviedo se vanagloria de contar con investigadores e investigadoras de referencia internacional incuestionable en su campo de conocimiento. Desde hoy, usted también forma parte de esta comunidad de sabias y sabios. Estoy seguro de que contribuirá con su magisterio a que sigamos siendo una referencia científica de primer orden”, ha hecho hincapié. Villaverde ha terminado recordando que la Universidad de Oviedo atesora un largo historial de ilustres sabios y sabias en el arte de desentrañar la vida y ha mencionado a Francisco Grande Covián, Severo Ochoa, Federico Mayor Zaragoza, Margarita Salas, Sheila Sherlock, Juan Rodés Teixidor, James Chan, Carmine Zoccali o Ricardo Carrau. 

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