Reivindicar la utilidad de la universidad, más allá de pragmatismos economicistas, en la generación de conocimiento y en la formación de una ciudadanía libre y crítica. Este ha sido uno de los mensajes principales de la intervención del rector Ignacio Villaverde durante la celebración del solemne acto de Santa Catalina de Alejandría que ha tenido lugar en la sala general de la biblioteca y ha culminado con la entrega de los premios fin de grado y premio al mejor expediente académico de la Universidad de Oviedo Unicaja Banco, que ha recaído en la alumna del grado de Lengua Española y sus Literaturas Covadonga Martínez Sánchez.  

 

El rector ha comenzado su alocución dirigiéndose a los 64 estudiantes premiados, a quienes ha calificado como la "mejor transferencia del conocimiento a la sociedad". Villaverde ha destacado que "las mejores universidades son las que tienen a los mejores estudiantes y la Universidad de Oviedo es una de las mejores universidades porque tenemos a los mejores estudiantes". A su juicio, hay tres cualidades que portan los estudiantes galardonados y que marcan la diferencia: creatividad, calidad y excelencia. "Ser excelente, creativo y persona de calidad no se adquiere de forma impostada y artificial. Se adquiere con estudio, dedicación y experiencia. Hay que errar mucho para alcanzarlas", les ha comentado el rector.

 

Factorías del conocimiento

 

Villaverde ha focalizado el grueso de su intervención en la reivindicación de la utilidad de las instituciones académicas de enseñanza superior. "Una universidad es una factoría de conocimiento que debe ser creativa, de calidad y excelente porque solo así lograremos que nuestra mejor transferencia sean los alumnos y las alumnas de nuestras instituciones académicas", ha destacado. "Las universidades somos útiles no porque sirvamos a la urgencia del utilitarismo burdo o a un pragmatismo corto de miras o una rentabilidad vulgarmente economicista", ha añadido el rector. "Somos útiles porque damos valor a lo que los groseros utilitarismos economicistas consideran inútil porque no es rentable", ha explicado. 

 

El máximo responsable de la universidad asturiana ha indicado que las universidades públicas tienen la obligación de generar conocimiento, "ser sus custodios para arrancarlo de las garras de lo toscamente rentable y de su mercantilización, ser útiles para seguir modelando ciudadanos libres, críticos y racionales, ciudadanos y ciudadanas creativos, de calidad y excelentes". 

 

Villaverde ha tenido también palabras de agradecimiento hacia la Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad. El máximo responsable de la institución académica ha hecho hincapié en que el nuevo contrato programa, fruto de la negociación entre la universidad y el Principado, "marcará un antes y después, es un hito en la historia de la universidad asturiana y nos permitirá encarar el futuro, a pesar de las dificultades evidentes, con solvencia y optimismo".

 

El rector ha querido dirigirse además a las empresas patrocinadoras de los premios y ha anunciado que, en los próximos meses, la universidad pondrá en marcha una iniciativa encaminada a los benefactores y socios de la institución académica. "Crearemos un club de benefactores y partners de la universidad asturiana para que nos sigáis ayudando en nuestra misión; y retomaremos el proyecto alumbrado por el equipo anterior y que ya viene de lejos, pero que nunca conseguimos culminar, Alumnii 360, con los nombramientos de los primeros embajadores de la Universidad de Oviedo". Villaverde ha pedido a las empresas que miren a los premiados y que vean en ellos el enorme talento que poseen. "Buscad en ellos lo que necesitéis, pagadles bien, confiad en ellos, tendedles una mano, no os fallarán, y construyamos juntos las Asturias que todos queremos", ha concluido.

 

Conferencia magistral 

 

La conferencia magistral de este año, titulada Los años 20: la década de la transición y la transformación, ha corrido a cargo de María Fernández Pérez, exvicepresidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. La ponente ha destacado que entramos en la década de los años 20 con cierto grado de optimismo en torno a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible incorporados en la Agenda 2030 y en el cumplimento del Acuerdo de París de limitar el calentamiento muy por debajo de los dos grados centígrados en comparación con los niveles preindustriales. Sin embargo, a su juicio, "los objetivos de la década, predefinidos como de transición verde, transformación digital y aumento de la cohesión social se están viendo alterados por los sucesivos acontecimientos desencadenados en los últimos tres años".

 

La exvicepresidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha puntualizado que la crisis sanitaria provocada por la COVID-19, la guerra de Ucrania y la emergencia energética están tensionando fuertemente las economías. "Estos frentes requieren grandes dosis de investigación, innovación y desarrollo –ha indicado--. Y en todos estos ámbitos el papel de la universidad es de singular importancia para afrontar estos cambios", ha concluido.