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La precariedad caracteriza las relaciones laborales del personal auxiliar de ayuda a domicilio

Las condiciones de trabajo del colectivo revelan altas tasas de temporalidad, de contratos a tiempo parcial y de jornada partida | Casi un tercio del personal declara haber sufrido al menos un contagio biológico en su trabajo, un dato especialmente preocupante durante la pandemia | Las autoras del informe animan a los poderes públicos a afrontar la prestación de los cuidados desde un planteamiento integral para garantizar la calidad del servicio y las condiciones de trabajo

Temporalidad, trabajo a tiempo parcial y jornada partida son algunas de las condiciones de trabajo que explican la alta precariedad laboral que sufre el personal auxiliar de ayuda a domicilio, un colectivo muy feminizado, integrado casi en su totalidad por mujeres. Esta es la principal conclusión del informe Las condiciones laborales del personal auxiliar del Servicio de Ayuda a Domicilio, que ha sido presentado esta tarde en el Aula Magna del Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo. La presentación ha corrido a cargo de sus dos autoras, Sandra Dema Moreno, profesora del Departamento de Sociología, y María Estébanez González, estudiante de Relaciones Laborales y Recursos Humanos, a las que han acompañado María Valvidares Suárez, profesora del Área de Derecho Constitucional, y Carmen Diego Tárano, integrante de la Plataforma de Asturias de Auxiliares de Ayuda a Domicilio. El acto ha sido presentado por la directora de la Unidad de Igualdad de la Universidad de Oviedo, Paz Menéndez Sebastián.
 
El informe revela que el principal problema al que se enfrenta el personal auxiliar del servicio de ayuda a domicilio es la precariedad. Destaca el elevado porcentaje de trabajo a tiempo parcial que existe en el sector (63,1%), que es el tipo de jornada más habitual entre estas/os trabajadoras/es y cuadruplica con creces la tasa de trabajo a tiempo parcial del conjunto del país y casi triplica la tasa de parcialidad femenina. La precariedad se manifiesta también en una alta temporalidad (26,9%), más elevada que la que padece el conjunto de la población ocupada española, que a su vez es de las mayores de la Unión Europea. Se constata además que una parte importante de la plantilla trabaja a jornada partida (42,5%), con la dificultad añadida que supone en términos de tiempo y la limitación que conlleva para compatibilizar dicho empleo con otros y/o conciliarlo con sus vidas personales y familiares.
 
Alteraciones del estado de salud
El estado de salud del personal auxiliar del servicio de ayuda a domicilio es otro de los problemas que afronta el sector. Como revelan los datos del informe, más de la mitad de las enfermedades y lesiones que padece dicho personal son de carácter musculoesquelético, presuntamente producidas por la manipulación y la movilización de personas que, por su condición de dependientes, es frecuente que tengan la movilidad reducida. 
 
Su salud también se encuentra condicionada por la falta de equipos de protección individual, medios técnicos y protocolos de seguridad. Casi un tercio del personal auxiliar del SAD declara haber sufrido al menos un contagio biológico en su trabajo y más de cuatro de cada diez indican no haber recibido por parte de sus empleadores/as los medios preventivos que garantizan su seguridad ante este tipo de contagios. Esta cuestión ha sido particularmente problemática en el escenario de pandemia en el que se ha realizado el estudio, cuando el riesgo a contraer el virus era elevado no solo para las y los profesionales del sector, sino también para las personas usuarias a las que asisten, sus propias familias y, en definitiva, el conjunto de la sociedad. 
 
Otro de los principales inconvenientes señalados por las personas empleadas en ayuda a domicilio es la evaluación de los riesgos a los que se exponen diariamente en el desempeño de su actividad profesional. El personal del SAD trabaja en un lugar que no es un espacio laboral al uso, sino que en su condición de domicilio de la persona beneficiaria del servicio es inviolable. Son ellas quienes tienen que otorgar su consentimiento para que se pueda evaluar el puesto de trabajo o para permitir el acceso de la Inspección de Trabajo al domicilio. La ausencia de consentimiento dificulta, por tanto, la labor de prevención, detección y control de los posibles problemas laborales que puedan surgir en el desarrollo del servicio de ayuda a domicilio, así como de su solución efectiva en la práctica.
 
120.000 personas empleadas en España
El informe Las condiciones laborales del personal auxiliar del Servicio de Ayuda a Domicilio se ha elaborado tras analizar los datos provenientes de la encuesta llevada a cabo por la Plataforma Unitaria de Auxiliares del SAD. Este sondeo se dirigió al conjunto de sus trabajadoras/es, una plantilla muy feminizada e integrada por algo más de 120.000 personas en todo el país, y obtuvo una muestra de 1.345 individuos. El período de tiempo en el que el personal respondió al cuestionario, entre el 2 de septiembre de 2020 y el 4 de marzo de 2021, coincidió con la segunda y la tercera ola de la pandemia originada por el COVID-19.
 
Las autoras del trabajo plantean varias recomendaciones. La primera es la necesidad urgente de combatir la precariedad identificada. La segunda destaca que, a pesar de que el informe se centra en las condiciones laborales del personal auxiliar del SAD, la problemática identificada en el colectivo no es únicamente de tipo laboral por lo que conviene adoptar una perspectiva más amplia para tratar de solucionarla. En este sentido, "es imprescindible tener en cuenta que la calidad del servicio y las condiciones de trabajo de quienes lo prestan son indisociables. Y también que la responsabilidad última sobre la calidad del servicio recae en la administración, tanto cuando asume directamente su prestación, como en el caso de que la delegue", afirman Dema y Estébanez. 
 
En tercer lugar, este diagnóstico presenta una problemática que, en buena medida, responde a que el servicio que desarrolla el personal auxiliar del SAD se enmarca en el ámbito de los trabajos de cuidados. "Como bien sabemos, los cuidados se han atribuido tradicionalmente a las mujeres, dando por hecho que deben realizarlos de forma individual y gratuita, en el interior de sus hogares y cuando se llevan a cabo de forma remunerada se caracterizan, como hemos podido identificar en este informe, por una clara situación de precariedad", indican las autoras. "Convendría que los poderes públicos comenzaran a afrontar la cuestión de la prestación de los cuidados desde un planteamiento integral, desarrollando las políticas públicas adecuadas para ello, puesto que su prestación es indispensable para garantizar la sostenibilidad de la vida humana", concluyen.