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Pedro Lombardía de Lillo muestra su universo onírico en la Universidad de Oviedo

La Sala de Exposiciones del Edificio Histórico estrena ‘Onírica', una exposición de 23 lienzos que nacen de la experiencia sensorial de los sueños del artista

Desde Goya hasta Kurosawa, pasando por Chagall o Buñuel, muchos artistas visuales han plasmado sus sueños en sus obras. Pedro Lombardía de Lillo (El Entrego, 1961) presenta ahora en la Sala de Exposiciones de la Universidad de Oviedo su exposición Onírica, un trabajo integrado por 23 lienzos en los que el artista revela los pensamientos más profundos de su universo creativo. La muestra, que se inaugura el 17 de noviembre, a las 19:00 horas, con la presencia de Carmen Adams, vicerrectora de Extensión Universitaria y Proyección Cultural, podrá visitarse en el Edificio Histórico hasta el 19 de diciembre. 
 
Pedro Lombardía de Lillo es graduado en el Escuela de Arte de Oviedo y técnico superior de programas interactivos. Ha trabajado también, además de como artista plástico, como director creativo en diferentes agencias de publicidad, director artístico en cine, humorista gráfico en prensa y revistas, ilustrador, guionista y realizador de Vídeo, diseñador gráfico, y en numerosas actividades relacionadas con el mundo creativo.
 
"Cuando duermo descanso, cuando sueño no", señala el autor de Onírica en el catálogo que acompaña la exposición. "Resulta placentero, inquietante y misterioso cualquier sueño de cualquier noche. Los que tengan la fortuna de llegar a vivir 75 años, se pasarán 25 de ellos durmiendo, soñando", añade. "No podemos renunciar a esa experiencia vital tan intensa y prolongada ya que mientras soñamos vivimos, sentimos alegría y padecemos sufrimiento; igual que cuando estamos despiertos, incluso esas vivencias son más ricas por no tener límites físicos, morales o de la razón", comenta el artista. En su opinión, es necesario contemplar esos años de sueños como parte fundamental de nuestro viaje por este mundo. "Por eso yo quiero contar mi periplo, aún inacabado por suerte, en esta muestra en la que cada una de las obras forma parte de esa experiencia ambigua, abstracta, llena de sensaciones, de ruidos y formas que se suceden mientras sueño".
 
María José González Salas, profesora y especialista en Historia del Arte, destaca que Onírica no es solo la descripción de un sueño, son 23 lienzos que revelan el genio creativo del artista "porque Pedro pinta y cuando lo hace crea un mundo diferente con un lenguaje conceptual donde se entremezcla lo figurativo y lo abstracto".
 
La profesora señala en el catálogo de la exposición que, a través de formas geométricas, objetos angulosos, líneas ondulantes, manchas y esporádicamente naturaleza esquematizada, esos sueños se plasman en figuras tridimensionales con su propia identidad y perspectiva sobre los fondos planos y equilibrados de la composición. "La gama cromática es luminosa, vibrante… sobre fondos claros generalmente blancos y grises, emergen manchas y objetos naranjas, ocres, azules, gris-plata, efectos metalizados y diferentes texturas", subraya.
 
A juicio de esta experta, hay además en las pinturas de Lombardía de Lillo "algo subliminal, ancestral que nos acerca al arte prehistórico de signos puntiformes, pectiformes, onduliformes… a las pinturas medievales francorrománicas de fondos blancos, a los libros iluminados de miniaturas brillantes, al mundo lírico de Kandinsky o al surrealismo de Miró".
 
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