template-browser-not-supported

Noticias

Inauguración de la muestra 'Sáhara. Tres miradas' en el Edificio Histórico

La inauguración de la muestra 'Sáhara. Tres miradas', de Duli García, Marta Garés y Marga Sancho, se celebrará en la sala de exposiciones del Edificio Histórico (Oviedo/Uviéu) el miércoles 31 de julio, a las 19 horas, presidida por el vicerrector de Extensión Universitaria y Proyección Internacional, Francisco José Borge. La muestra estará abierta al público desde el 31 de julio hasta el 1 de septiembre. Entrada libre y gratuita.

La tierra vestida de arena

Por Ángeles Carbajal

 

Tres miradas y un punto de encuentro. Un espacio de referencia común: el Sáhara. Pensamos en el Sáhara y de pronto el cerebro, en sus primeras conexiones, devuelve lo sabido, que en este caso es territorio común, experiencia repetida: la tierra granulada como aire movedizo, el sol como un bocado de calor que quita el hambre, el cielo como un dios azul e imperturbable y el pueblo saharaui como un gran pájaro que sueña mientras vuela muy a ras de tierra arañándose los pies.

A ras de tierra están pintados los cuadros de Duli García. Ocres y amarillos en los fondos, los colores de la sensualidad árida de la arena y, sobre ellos, los juegos de la pobreza ("étnicos" los llamamos), los puntos azules juegan sobre el suelo. Sus movimientos, lo mismo que las vidas, van a dejar por muy poco tiempo huellas. Duli las fija con el mismo trazo sencillo con el que la mano del jugador dibuja en la arena. La injusticia (el juego de la riqueza) no permite nada más sobre este requemado solar desde el que cada verano siguen llegando al norte niños y niñas por breves estancias vacacionales.

Marta Garés pintó en el aire. Su aire también está teñido de ocres y amarillos y se hace espeso como una tela que dejara ver sucesivos soles sobre un mismo paisaje. Le gustan los fondos que recuerdan los panes de oro, los dorados que le dan sensación de calor y que son una constante en su obra. En "estos sáharas" esos dorados devuelven espejismos o insinúan difusos arcos orientales, una ilusión de intangible arquitectura, un proyecto de paz sobre la tela. El desierto es una piel de luz y arena.

Marga Sancho llega con una mirada que viene de lejos cargada de miradas, tierras y cielos con densidades de color vividas, trabajadas, superpuestas y mezcladas que dejan ver su brillo interior, intenso, profundo, como el del tiempo que condensa el pasado haciéndolo materia poética. Sus cuadros alumbran una atmósfera entre romántica y equívocamente surrealista (puesto que sus figuraciones parten de un pensamiento lógico y apegado a lo real), y cielos, árboles espectrales, seres humanos perfilados como ramas, y huesos que se miran en el espejo de una caja transparente y cerrada adquieren una carga simbólica y la fuerza de una pregunta, el eco de una emoción; un gran pájaro hecho de sombra transparente pesa sobre el aire, planea sobre el desierto.

Acercarse sensorial, estética y culturalmente a otros implica, o debería implicar, comprometerse emocional y socialmente con ellos. Y en el núcleo de esta exposición late ese compromiso.

Recordemos cómo a la literatura saharaui escrita en hasania se han añadido escritores, desde los años setenta a la reciente "Generación de la Amistad", que escriben en español, lengua en la que se defienden de la situación impuesta tras la invasión marroquí y de la presión de la francofonía. Un español "suyo" con el que definen su singularidad, pero también un español nuestro que se enriquece. Cada interacción genera infinidad de posibilidades. Marga Sancho, Duli García y Marta Garés, con sus obras, nos remiten muy bien al mundo que las inspiraron, el mismo que encontramos en las voces de sus poetas.

No me resisto a compartir, sugiriendo que sean leídos en conexión con las obras expuestas, a dos de ellos.

(Texto publicado en el díptico de la exposición).

Documents