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Karen Armstrong: 'Si no se impone la regla de oro, el mundo será inviable'

La Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, que participó en un coloquio en la Facultad de Filosofía y Letras, llama a religiosos y laicos a trabajar juntos para que se cumpla la máxima de 'no hacerles a los demás lo que no nos gustaría que nos hicieran'

"La regla de oro forma parte de la estructura de la humanidad, no es patrimonio de la religión. No puedes ser religioso si no la respetas, pero tampoco puedes ser humano". Con estas palabras se refirió Karen Armstrong este mediodía, en la Biblioteca del Campus del Milán, a la máxima de "no hacerle al prójimo lo que no nos gustaría que nos hicieran", que, según explicó, no solo se encuentra en la Biblia, sino también en los distintos libros religiosos que ella ha investigado. Dicho mandato es a su juicio la respuesta para frenar la escalada de violencia, y debería ser defendida conjuntamente por laicos y religiosos. "Si no se impone la regla de oro, el mundo será inviable", afirmó. En el acto, organizado con motivo de la entrega esta semana de los Premios Princesa de Asturias, estuvieron presentes el vicerrector de Extensión Universitaria y Proyección Internacional, Francisco Borge, y el decano de la Facultad de Filosofía y Letras, José Antonio Gómez.

La Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales mantuvo un coloquio con Armando Menéndez Viso, director del Departamento de Filosofía de la Universidad, y con Rosa Cid, profesora titular de Historia Antigua, en el que señaló que "es importante que las universidades ayuden a sus estudiantes a conocer otras culturas, la religión, las artes, la historia. Hay que tratar de estrechar lazos, y formar a los dirigentes del futuro para que salgan al mundo y estén incómodos con lo que ven". Y es que la incomodidad a la hora de enfrentarse a la realidad, con el fin de transformarla, fue otra de las claves que expuso la autora. "No podemos dormir tranquilos mientras haya una sola persona pasando hambre", dijo, y señaló la trágica situación que se vive hoy en día en lugares como Siria.

Preguntada por una estudiante sobre la masculinización de la divinidad en las religiones, la historiadora subrayó que "hasta hace muy poco este era un mundo de hombres". "Dios no es ni hombre ni mujer, y al mismo tiempo es ambas cosas. Tomás de Aquino se refiere a Dios como un misterio. Es más que todo eso. Y esto nos libera. Podemos hacer que sea un ídolo, o decir que es mujer o un hombre, pero eso sería proyectar en Él nuestros prejuicios".

Karen Armstrong incidió en la idea expuesta el pasado martes en la Biblioteca del Edificio Histórico, respecto a la importancia de no racionalizar excesivamente las creencias religiosas, y señaló que "la teología debería ser como una música que fluya sin palabras y que nos toque en lo más profundo".