El equipo de investigación arqueológica dirigido por Margarita Fernández Mier, profesora de la Universidad de Oviedo, halla importantes restos bajo la necrópolis medieval de Linares, en Castañera
Las excavaciones arqueológicas de Linares (Castañera, Miranda) han sacado a la luz un espectacular horno de la Edad del Bronce –II milenio a. C.–, tal y como atestiguan las dataciones de carbono 14 que se han realizado de los niveles de amortización del horno. De momento, el grupo de investigación trabaja con la hipótesis de que se trata de un horno doméstico que, por sus dimensiones, podría ser de uso comunal. La construcción está asociada a pequeños fuegos, a espacios aterrazados y a abundante cerámica, con una cronología que va del bronce antiguo al bronce final.
El yacimiento, excavado desde 2013, está aportando una información de gran relevancia que permite documentar un periodo prácticamente desconocido de la historia de Asturias, del que sólo existen datos procedentes de los enterramientos megalíticos y de algunas ocupaciones en cueva. La investigación de estas estructuras aportará importante información sobre el periodo inmediatamente anterior a la aparición de la cultura castreña, convirtiéndose la zona en la que se localiza Linares en un laboratorio único para comprender la dinámica de las zonas de poblamiento en la prehistoria reciente.
Esta información se complementa con la ofrecida por los cercanos yacimientos en Vigaña: en las Corvas se localizaron varios hogares asociados a fondos de cabañas y hoyos de poste de época neolítica, y en El Castru se documenta ocupación desde la Primera Edad del Hierro hasta el siglo I d.C. Todos estos yacimientos se localizan en el pequeño valle que forma el arroyo de Zreicéu, que separa los términos de Vigaña y Castañera (Balmonte de Miranda) y que ofrecen datos sobre la continuidad de ocupación de la zona desde el cuarto milenio hasta el cambio de era.
A la trascendencia del hallazgo de los restos de la Edad de Bronce en Linares se une la reocupación del término en periodos posteriores, lo que corrobora que se convierte en un lugar central para los habitantes del valle, centralidad que continúa hasta la actualidad. La presencia de cerámica de época romana y tardoantigua indican la frecuentación del lugar durante ese período. A partir del siglo X d. C., se localiza una necrópolis cuyas tumbas se apoyan directamente sobre los restos de la Edad del Bronce y, tras el abandono de la necrópolis altomedieval, existe una ocupación pleno medieval a la que se asocian abundantes restos de cerámica y cenizales que relacionamos con espacios domésticos medievales. La abundante cultura medieval de época moderna, especialmente atribuible al siglo XVII, indica la existencia de actividades de reunión periódica, posiblemente la misma fiesta que aún se celebra en la actualidad y que propició la construcción de la actual ermita dedicada a Santa María de Linares. Es un ejemplo de la reutilización y reinterpretación de estructuras prehistóricas por el cristianismo, convirtiéndose en lugares de relevancia para el imaginario de las comunidades.
Todos estos trabajos se enmarcan en las labores arqueológicas que el equipo de investigación LLABOR, dirigido por Margarita Fernández Mier, profesora titular de la Universidad de Oviedo, desarrolla en el municipio de Balmonte de Miranda desde el año 2009. Tomando el territorio de la aldea de Vigaña como un yacimiento arqueológico, se ha intervenido en distintos elementos, tanto lugares de hábitat como espacios de cultivo y de uso ganadero que han aportado una espectacular información de carácter diacrónico que permiten delinear la historia de la aldea en la larga duración, desde el cuarto milenio hasta la actualidad.
Margarita Fernández Mier afirma que "los importantes resultados de la metodología de trabajo implementada en el yacimiento a lo largo de las ocho campañas arqueológicas también permiten constatar la necesidad de una reflexión sobre la arqueología que se ha de hacer en el medio rural, en el que solo se protegen yacimientos monumentales, sin que exista una rigurosa aproximación a su catalogación y estudio, lo que conlleva la pérdida de un volumen de información y de bienes patrimoniales que permiten historiar el territorio".
Visitas guiadas al yacimiento y talleres
Los trabajos en el yacimiento se prolongarán hasta la primera semana de agosto; durante los viernes 13, 20 y 27 de julio y el 3 de agosto se realizarán visitas guiadas al yacimiento para todas aquellas y todos aquellos que tengan interés en conocer de primera mano los avances en la investigación. Pueden consultar los horarios en la agencia de desarrollo local del Ayuntamiento de Balmonte (985762444). Como actividad complementaria a la excavación, los días 27 y 28 de julio de celebrarán unos talleres arqueológicos especialmente orientados al público infantil con el objetivo de acercar la práctica arqueológica a la sociedad y favorecer la transferencia del conocimiento histórico generado en el yacimiento.