El grupo de Investigación en Neurociencias Cognitivas realiza un estudio con más de un centenar de pacientes para trazar unas pautas que permitan el diagnóstico temprano y ayuden a diseñar tratamientos más eficaces
Hace casi una década que el grupo de investigación en Neurociencias Cognitivas de la Universidad de Oviedo trabaja para desentrañar las claves de la dislexia, dificultad para el aprendizaje de la lectura y la escritura. Un nuevo estudio, en el que participan más de un centenar de pacientes asturianos diagnosticados (niños y adultos), pretende trazar unas pautas que permitan un diagnóstico temprano de este trastorno y ayuden a diseñar tratamientos más eficaces.
La investigación, liderada por el catedrático de Psicología Fernando Cuetos Vega y en la que trabaja la profesora de Psicología y especialista en Logopedia Paz Suárez Coalla, intenta determinar, mediante estudios conductuales, electrofisiológicos y de neuroimagen, las causas de las dificultades lectoras de esas personas.
El trabajo de estudio con los pacientes aplica las técnicas más novedosas para realizar pruebas. En los próximos meses, el grupo de investigación comenzará a utilizar con los pacientes un gorro de Potenciales Evocados. Se trata de un casco equipado con 64 sensores que permite determinar la actividad cerebral que se general al desarrollar una tarea específica (leer, escribir, etc.)
El equipo colabora con otros centros de investigación aplicando técnicas de neuroimagen que ayuden a clarificar los problemas que pueden existir a nivel cerebral
Desde el pasado otoño, los científicos de la Universidad de Oviedo han ampliado sus investigaciones a adultos, muchos de ellos padres de niños que han sido diagnosticados y reconocen en los síntomas problemas que ellos padecieron en su niñez sin ser tratados.
Tras realizar diversos test que confirman el diagnóstico de dislexia, los pacientes que colaboran en el estudio realizan distintas pruebas en el laboratorio. Estas tareas específicas están diseñadas para tratar de averiguar las causas por las que estas personas tienen especiales dificultades para asociar las formas escritas con los fonemas. Esos problemas a nivel grafema-fonema dificultan significativamente la comprensión que el niño o el adulto pueda tener de lo que está leyendo.
Los expertos estiman que alrededor de un 3 por ciento de la población padece esta dificultad de aprendizaje. La dislexia puede ser la causa de un bajo rendimiento o incluso del fracaso escolar de algunos niños.
Este grupo de la Universidad de Oviedo colabora desde el pasado año con el Basque Center on Congnition, Brain and Language (BCBL) de San Sebastián para aplicar técnicas de neuroimagen que ayuden a clarificar los problemas que puedan existir a nivel cerebral.