template-browser-not-supported

Noticias

La Universidad de Oviedo lidera una investigación sobre el origen de los cultivos en espacios aterrazados en Ayacucho (Perú)

Los andenes y terrazas de los sistemas agrícolas reflejan el denso conocimiento de las civilizaciones prehispánicas sobre las posibilidades productivas de los distintos nichos ecológicos andinos | Los resultados de los estudios arqueológicos permiten matizar cronologías y muestran la complejidad de la construcción de los andenes con continuas renovaciones, adaptaciones y cambios en los cultivos

El grupo de investigación LLABOR de la Universidad de Oviedo lidera, en colaboración con la Pontificia Universidad Católica del Perú, una investigación arqueológica sobre el origen del sistema de andenería (terrazas agrarias) en el valle de Sondondo, en Ayacucho (Perú). Los trabajos arqueológicos, que cuentan con la financiación de la Fundación Palarq, están dirigidos por Patricia Aparicio Martínez, doctoranda de la Universidad de Oviedo y profesora de la Pontificia Universidad Católica del Perú y Margarita Fernandez Mier, catedrática del Departamento de Historia de la Universidad de Oviedo. 
 
Ambas arqueólogas señalan que, en la región andina, kilómetros de empinadas laderas fueron aterrazadas creando impresionantes paisajes que extendieron la frontera agrícola y permitieron superar las limitaciones orográficas y climáticas de la región.  "Los espectaculares asentamientos de Machu Picchu, Pisac, Ollantaytambo, Chinchero o Tipón no pueden entenderse sin los aterrazamientos agrícolas de su entorno, que definen un paisaje majestuoso e icónico que nos transporta a los remotos tiempos del esplendor del Imperio Inca y sus predecesores", afirma la profesora de la universidad asturiana. 
 
Los andenes y terrazas de los sistemas agrícolas reflejan el denso conocimiento local sobre las posibilidades productivas de los nichos ecológicos andinos. Esos saberes tradicionales se materializaron en la construcción de distintos tipos de campos de cultivo sobre laderas escarpadas, apoyados en muros de piedra y con el diseño de complejos sistemas de irrigación, drenaje y redes de caminos integrados entre los andenes. 
 
La andenería es especialmente espectacular en el valle de Sondondo, localizado en el centro sur del país, entre las dos regiones donde se gestaron los imperios andinos más sobresalientes: el Imperio Huari (600-1000 d.C.) en el departamento de Ayacucho y el Imperio Inca (1450-1532 d.C.)  en el departamento de Cusco.
 

Las investigaciones precedentes realizadas sobre la agricultura prehispánica consideran que el pueblo Huarpa (100 d.C. – 500 d.C.) usó andenes al norte de Ayacucho para irrigar zonas semiáridas y priorizar el cultivo del maíz y que la generalización de terrazas agrícolas se debió al cultivo de este cereal por parte del primer Imperio andino, los Huari (550 d.C. hasta 1000 d.C.)  y, sobre todo, al floreciente y expansivo Imperio Inca desde 1450 d.C, que llegó a conquistar una parte importante del continente sudamericano. 
 
Sin embargo, la historia contada por los andenes revela un proceso muy complejo que es posible comprender a través de la aplicación de la arqueología agraria. El objetivo del proyecto es estudiar estas terrazas del valle de Sondondo, conocer su cronología y analizar qué se cultivó en ellos. "¿Cuándo se construyeron estos sistemas y cómo evolucionaron? ¿Cómo eran los usos del suelo en aquellos tiempos? ¿Cambiaron los cultígenos, las prácticas agrarias y la tecnología? ¿Cómo se relacionan los andenes con las piedras labradas que salpican todo el valle y cuál es su simbología?", se preguntan las investigadoras. 
 
Los resultados de los estudios realizados hasta el momento muestran la complejidad de la construcción de los andenes con continuas renovaciones, adaptaciones y cambios en los cultígenos, con un importante protagonismo del maíz, como era de esperar, pero con la presencia de otros, como la quinua, que aparecen en los niveles más antiguos. 
 
El objetivo de la campaña desarrollada en el mes de octubre ha sido obtener secuencias cronológicas sólidas que relacionen los andenes y sus distintas fases constructivas con los periodos históricos. A la espera de los resultados de las analíticas arqueobiológicas, los sondeos realizados en la reciente campaña han aportado relevantes resultados: bajo las terrazas excavadas se han localizados estructuras constructivas adscribibles a los períodos históricos menos representados en los yacimientos arqueológicos del valle: el Periodo Intermedio Temprano. 
 
Los impresionantes campos de cultivo amortizan los lugares de hábitat de épocas precedentes, lo que ha permitido, ya desde estos primeros sondeos, complejizar tanto la información sobre las áreas cultivadas, como localizar zonas de hábitat pertenecientes a las distintas culturas que se han sucedido en el valle. Con ello, se ha logrado uno de los primeros objetivos planteados en el proyecto: constatar la validez metodológica de la arqueología agraria que el equipo había aplicado en diversas áreas de la Cordillera Cantábrica con resultados espectaculares y que ahora se confirma que resulta eficaz también para estudiar los espacios agrarios andinos.