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La Universidad de Oviedo lidera un proyecto de Redes de Excelencia en Nano-Biotecnología

La iniciativa, denominada Nanopartículas para Bioaplicaciones (NanoBioAp), ha celebrado en Gijón/Xixón su primer congreso internacional, con el principal objetivo de que la ciencia de nanomateriales siga avanzando para resolver problemas biosanitarios

La Universidad de Oviedo, a través del proyecto NanoBioAp, lidera los esfuerzos de diversos grupos de investigación en el marco de un proyecto de Redes de Excelencia en Biotecnología. Con el fin de establecer sinergias, reforzar colaboraciones y crear nuevos vínculos, esta semana NanoBioAp ha desarrollado en Gijón el congreso sobre nanomateriales aplicados a ciencias de la vida, inaugurado el miércoles por el rector, Santiago García Granda, y en el que más de un centenar de congresistas de todo el mundo han debatido sobre el desarrollo de materiales, técnicas y dispositivos para aplicaciones como terapia y diagnóstico, y seguridad alimentaria. NanoBioAp, que cuenta con la categoría de Red de Excelencia por parte del Ministerio de Economía y Competitividad, ha tenido como coordinadoras a las profesoras M. Carmen Blanco López, del Departamento de Química Física y Analítica, y Montserrat Rivas Ardisana, del Departamento de Física.

Entre las personas participantes en el congreso se encuentra personal investigador de prestigiosos centros internacionales como el National Institute of Standards and Technology y el National Institute of Health, de Estados Unidos, el Tokyo Medical University y el Yokohama National University, de Japón, el Institute for Chemical and Bioengineering, ETH Zürich, de Suiza, así como el presidente de la IEEE Magnetics Society.

Por la parte española, han acudido representantes de los nodos de la red: del Centro de Investigaciones Sanitarias de Valdecilla, Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid, Universidad Pública de Navarra, Universidad, de Santiago de Compostela, de Vigo, de Barcelona, del País Vasco, de Cantabria, del Centro Nacional de Biotecnología de Madrid, Imdea Nanociencia y del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

Las nanopartículas tienen muchas aplicaciones en salud humana y animal, seguridad alimentaria, medio ambiente e incluso bioterrorismo. Las más importantes se refieren al diagnóstico y el tratamiento de enfermedades, pero también se usan en bio-filtros y detección o eliminación de agentes contaminantes.

La profesora M. Carmen Blanco López explica que "la investigación en este campo repercute en la mejora de nuestra calidad de vida. Un nanómetro es la millonésima parte de un milímetro. Estamos hablando por tanto de partículas diminutas, con diámetros de ese orden, que están presentes en muchos aspectos de nuestra vida, relacionados con la biomedicina  y la alimentación".

Como explica Montserrat Rivas, "en el caso del diagnóstico destaca el uso de nanopartículas para mejorar las técnicas de imagen y así ver tumores muy pequeños. También juegan  un papel  fundamental en nuevos dispositivos de bioanálisis que sean muy sensibles y/o económicos y fáciles de usar para poder detectar precozmente enfermedades como algunos cánceres o Alzheimer, por ejemplo".

En cuanto al tratamiento, la profesora señala que las aplicaciones más avanzadas son probablemente la hipertermia y el transporte de fármacos. "La hipertermia consiste en producir calor justamente en el tumor mediante el uso de nanopartículas; afortunadamente algunas células cancerosas son más sensibles a la temperatura que las células sanas. El transporte localizado de quimioterapia que se libera en la zona afectada es otra estrategia para evitar las consecuencias de la medicación masiva en el torrente sanguíneo y los efectos secundarios", afirma.

También interesan en la industria alimentaria nuevas partículas para recubrimiento de envases que van a almacenar alimentos y evitar que crezcan en ellos microrganismos.

Existen técnicas de detección precoz de biomarcadores, que es la línea de especialización del grupo Nanopartículas para Bioaplicaciones de la Universidad de Oviedo, indicadas para realizar pruebas a amplias capas de la población, lo que se conoce como cribado. "La idea es desarrollar pruebas similares los tests de embarazo que permitan detectar en etapas tempranas algunos cánceres, enfermedades como el Alzheimer o alergias", indica la profesora Blanco López.